
La iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción obra del prolífico gótico aragonés del siglo XVI preside el pueblo desde su atalaya. Incluye leves retazos del inminente renacimiento, resultado de distintas fases constructivas.
El templo, construido en 1577, posee una torre alta, esbelta y de atractiva presencia. Con una gran estructura medieval en su nave central, en los gruesos pilares y en los arcos fajones que articulan la bóveda de cañón apuntado. Transformada en el siglo XVII, ha llegado a nuestros días: una nave dividida en cuatro tramos cubiertos con bóveda de crucería estrellada.
Posee un coro elevado a los pies a modo de tribuna, sobre bóveda de cañón, una ampliación en el lado del Evangelio, que adquiere la entidad de una nueva nave organizada también en cuatro tramos y, en el lado de la Epístola, se abren dos capillas familiares, una cubierta con bóveda de crucería simple, y otra con tracería más compleja.
En el interior se conservan un conjunto de retablos datados entre los siglos XVII y XVIII que obedecen a la tradición escultórica popular del Altoaragón. De entre ellos destaca el dedicado a Ntra. Señora del Rosario, de tradición romanista y acomodado en una de las capillas particulares dispuestas en el lado de la Epístola.